Efecto placebo.

 

Este es un efecto bastante conocido, consiste básicamente en facilitar algún elemento inocuo, que teóricamente no tiene ningún efecto terapéutico, con el objeto de simular una situación terapéutica y obtener una reacción biológica del receptor similar a la conseguida por el medicamento real.

Un porcentaje muy alto de personas que reciben este tipo de estímulo ven mejorías similares en su organismo a las que produce el medicamento real.

El efecto placebo real desde lo que es mi experiencia no existe, pues si bien la sustancia que recibimos, que simula otra, no tiene tal efecto en si misma, este se ve sustituido por la creencia de la persona lo que denominamos intención, y por la energía que el propio interesado aporta y que también recibe de otras personas, en el momento de recibir esa información respecto de su tratamiento terapéutico.

Es decir el funcionamiento básico de lo comúnmente denominado efecto placebo, no es la respuesta de nuestro organismo a un agente químico, es la respuesta bioquímica de nuestro organismo a un estímulo sensorial (energía más intención) es decir estaríamos hablando de una respuesta biológica en términos de física quántica, como puede ser cualquier otra en nuestro vida habitual respecto de situaciones de miedo, estrés, amor, etc.

Masaru Emoto ya ha documentado que el agua cambia en su estructura y en su forma de cristalización, en función de las energías a las que está expuesta, se trata de un trabajo científico muy notable publicado en su libro los mensajes del agua.

 

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