Meditar desde el punto de vista occidental es coger un tema ver todas las posibles consecuencias que se derivan de cualquiera de las alternativas posibles para tomar la decisión más ventajosa o menos perjudicial en base a los propios intereses.

Ni que decir tiene que esta forma de meditar no es la que nos interesa en los procesos de crecimiento personal.

Meditar desde el punto de vista oriental implica un cambio sustancial de la propia posición mental, sensorial y emocional de la persona que pretende encontrarse a si misma, y para ello esa práctica requiere tomar una posición diferente a la habitual de actividad, movimiento y pensamiento, que tiene una persona normal.

En la meditación lo que aprendemos es a parar en la mayor medida posible nuestra propia actividad mental y sensorial, para ello necesitamos relajarnos y estar en una posición de paz y armonía interna, poco a poco deberemos dejar de generar actividad mental, sensorial, emocional, a nivel interno, y mantenernos en una posición de actividad mínima, o nula.

Dicho lo anterior, hay solo dos formas de meditación, una vez que hemos conseguido bajar nuestro nivel de actividad, meditación en el vacío, y meditación enfocada a la contemplación o percepción de algo determinado.

Ya solo queda elegir de que forma quieres meditar y ponerte a ello, reducir tu nivel de actividad mental, sensorial, emocional, y enfocarte en lo que sea el objeto de tu meditación, que puede ser una uña, los latidos de tu corazón, el fluir de tu respiración, una pestaña, una flor, o cualquier cosa que se te ocurra, o simplemente en la nada, en dejar que todo lo que te llega se marche sin reaccionar ante ello, sin juzgar, sin deducir, sin generar actividad interna.

Ni que decir tiene que esta actividad no es fácil de realizar inicialmente, ya que nuestra mente prácticamente siempre tiene actividad de algún tipo y acostumbrarla a reducir su nivel de actividad o a que no tenga actividad no es un trabajo normalmente sencillo ni rápido, cuando crees que lo estás consiguiendo de pronto llega un tema determinado y te pones a pensar como resolverlo o una situación que te preocupa, son las inercias mentales, energías que tenemos pendientes de depurar y que según las vamos depurando van saliendo, no te preocupes ni te molestes si ello ocurre, simplemente sigue con tu trabajo y acabarás consiguiéndolo, ya sabes como todo lo que se realiza requiere práctica, práctica, y práctica, y con el tiempo se acaba progresando.

Una de las meditaciones más efectivas es la de la contemplación de la propia respiración, también la de escuchar y percibir el latido del corazón, ambas desarrollan y potencian nuestro chakra del corazón.

El tipo de atención que debemos desarrollar en la meditación es muy suave, tranquila y relajada, realizando el esfuerzo mínimo imprescindible para estar enfocados en lo que es el objeto de la meditación, sin perder la consciencia del trabajo que estamos realizando, sin distraernos con otras cuestiones, y sin dormirnos.

Llegará un momento en el que nuestra percepción se habrá afinado tanto que todo se volverá mágico, ya que nuestra percepción se vuelve una, todo nuestro ser (cuerpo, mente y espíritu) percibe a la vez, como una unidad, sin interferencias, ya que dejamos de bloquear partes de nosotros mismos.

Ale ya tienes trabajo para el resto de tu vida.

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